30.1.16

La asexualidad, ¿puedo ser asexual?

En unos tiempos donde el sexo es utilizado como reclamo fácil, para vender u ofrecer cualquier programa de televisión o producto, resulta paradójico que existan personas asexuales. Pero es así. No solo los ángeles pueden “presumir” de ello. Se estima que el 1% de la población mundial se define como tal. No debemos confundirlos con las personas célibes, que en un momento dado de sus vidas deciden practicar la abstinencia sexual. Según la comunidad de asexuales fundada en el 2011, AVEN (Asexual Visibility and Education Network) las personas asexuadas no deciden serlo, simplemente nacen con ningún, o escaso, impulso sexual hacia el prójimo.

Asexualidad, ¿Quiere esto decir que nunca han practicado o practicarán sexo?


En absoluto. Pueden hacerlo para contentar a otras personas o por un fuerte deseo de tener hijos. E incluso que hayan sentido curiosidad por practicarlo, les haya parecido desagradable, y a partir de entonces, el acto les resulte repugnante

Los asexuales pueden sentir algún tipo de atracción hacia los demás, lo mismo que puede sentirla hacia una obra de arte. Es decir, en estos casos el impulso sexual es muy bajo o nulo, y lo normal es que tienda hacia otro tipo de intimidad. Aunque no sería extraño que sus pequeños impulsos sexuales los prefieran satisfacer con la masturbación antes que con la persona que les interesa. Se puede decir que la Asexualidad tiene más que ver con la atracción que con los actos. En cualquier caso, nos podemos encontrar con varios tipo de asexuales. Están aquellos que no soportan ser tocados y deciden prescindir de tener parejas a lo largo de sus vidas, y otros, sin embargo, si siente un fuerte deseo afectivo, amoroso, desean tener pareja pero sin practicar sexo (aunque pueden llegar a acuerdos). Los acuerdos a los que pueden llegar no siempre llegan a buen puerto. Es bastante complicado que la persona sexual comprenda que el sexo no es necesario para la otra persona, y no son pocas las ocasiones en las que intentará “curar” a su pareja para que lo vea tan necesario y placentero como ella. La frustración para el sexual suele ser algo muy común entre este tipo de parejas, y suele utilizarse como arma arrojadiza entre ambos. Sin embargo esto no quiere decir que el acuerdo se convierta en algo imposible. El amor y deseo de comprensión, entre ambos, pueden dar con la fórmula ideal para que su relación funcione.

¿Se ha planteado alguna vez si puede ser asexual?

Conteste este par de preguntas:


  • ¿Le desconcierta el tiempo y el interés que otras personas ponen en las relaciones sexuales?
  • ¿Se sentiría aliviado si le dijeran que nunca más tendría que tomar parte en ninguna clase de actividad sexual?

Piénselo, tómese su tiempo en responder, y como siempre, si la duda le afecta de manera grave, le aconsejamos acudir a un terapeuta para despejarla.

Falta de deseo sexual

A lo largo de nuestra vida nos podemos tropezar con etapas, en las cuales el sexo por unas razones u otras deja de estar presente. Por ejemplo cuando padecemos algún tipo de enfermedad, que nos obliga a tomar medicamentos cuyos efectos secundarios afectan al apetito sexual o los problemas que acarrea la propia enfermedad será la que haga complicado mantener relaciones sexuales (enfermedades cardiacas, hipertensión, diabetes, depresión, enfermedades hormonales, menopausia…) Tanto en las depresiones como en las cardiopatías, suele ser común la falta de líbido.

En el tratamiento contra la depresión, los medicamentos que suelen afectar a la sexualidad son: los antidepresivos tricíclicos, los inhibidores de la monoaminooxidasa (enzima responsable de oxidar aminas como la noradrenalina, la adrenalina, etc.), las benzodiacepinas, los neurolépticos…

En el caso de las enfermedades cardiovasculares los medicamentos inhibidores del sexo más comunes son: los betabloqueantes, el propanol, el pindonol, el atenol…

También los enfermos de ciertos tipos de cáncer, glaucoma o hipertrofia benigna de la próstata pueden sufrir esa bajada de la libido a causa de la medicación.

En los hombres, esta falta de deseo sexual, puede causar mucha ansiedad y preocupación, lo que les llevará, en algunos casos, a dejar de tomar su tratamiento para recobrar una vida sexual normal, poniendo en riesgo de esta manera su salud.

¿Cómo afecta la menopausia en la vida sexual de las mujeres?

Además de los problemas psicológicos que pueden aparecer en esta etapa , el déficit de estrógenos en ocasiones provocan problemas en la salud genital, tales como sequedad e irritación lo que provoca que en la mujer se cree una conexión entre sexo y dolor que le lleva a renunciar o dejar muy aparcada su sexualidad.

Para combatir este problema los expertos aconsejan:


  • Recurrir a posibles tratamientos para evitar recibir estímulos dolorosos durante la relación sexual.
  • Evitar posturas incómodas y mantener una buena comunicación con la pareja
  • No forzar la situación nunca, la mente es vital en las relaciones sexuales.
  • Experimentar para mantener el deseo sexual e incluso acrecentarlo.

El sexo debe ser concebido como algo natural y placentero, nunca como una obligación.

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