22.1.17

Hubo un tiempo cuando los campos, los bosques y los arroyos... La Tierra y cada vista cotidiana para mí parecía arropada con una luz celestial. La gloria y la frescura de un sueño. No es ahora como fue en el pasado. Vuelve donde sea que pueda, de noche o de día, las cosas que he visto, ya no puedo verlas. Pero hay un árbol, de muchos, uno. Un campo solitario que he contemplado. Ambos hablan de algo que se ha ido. El pensamiento a mis pies repite la misma historia. ¿A dónde huyó el resplandor visionario? ¿Dónde están ahora, la gloria y el sueño?.

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